El fascinante mundo de las aves alberga muchas curiosidades, mecanismos y comportamientos que las hacen aún más bellas.
Uno de los misterios que las rodea está, precisamente, a la vista, y es el primero que llama nuestra atención: nos referimos a la coloración de su plumaje.
Un ave nos embauca mediante los tonos y los patrones de su cuerpo (sobre todo aquellas de más vivos colores) pero todas, incluso las de colores más neutros, nos hablan mediante ellos de sus necesidades y adaptaciones al ambiente en el que viven.
¿De dónde surgen sus colores? ¿Qué función adaptativa tiene cada uno?
Cuando nos adentramos en la comprensión de la coloración del plumaje lo primero que tenemos que saber es que, por un lado, existen coloraciones debidas a pigmentos y, por otro, los llamados “colores estructurales”.
Sin embargo, una misma especie puede presentar en su plumaje zonas con colores producidos por mecanismos y pigmentos diferentes, e incluso una combinación de ellos, como en el caso del impresionante abejaruco (Merops apiaster).
¡Vamos allá!
COLORACIONES DEBIDAS A PIGMENTOS
Carotenoides: Los carotenos o carotenoides son pigmentos responsables de los tonos naranjas, amarillos y rojos. Son producidos por plantas, algas y microorganismos. De esta forma, las aves deben incorporarlos mediante la alimentación, y esto da lugar a diferencias en el plumaje, según la disponibilidad, tanto entre individuos como entre poblaciones.
Un ejemplo de este tipo de coloración es el flamenco Phoenicopterus roseus al consumir pequeños crustáceos como Artemia salina.
Tras su asimilación, los pigmentos viajan por el torrente sanguíneo hasta los folículos dérmicos donde se desarrollan las plumas y las llenan de color, “pintándolas”.
Estos pigmentos actúan como señales sexuales, y son muestra de buena salud, ya que demuestran la capacidad para obtener alimento y/o transformar carotenoides para obtener un color potente, y esto, en definitiva, supone unas buenas defensas para el futuro. Además, indican ausencia de infección por parásitos como los intestinales, y tienen otros beneficios relacionados con la oxidación.
Por todo ello, las hembras seleccionarán aquellos machos con colores más vivos.
Melaninas: Estos pigmentos dan los tonos marrones, negros y grisáceos. Se producen por las propias aves dentro de células especializadas llamadas melanocitos. Por tanto, este mecanismo se codifica a nivel genético.
Entre sus funciones, encontramos dar resistencia al plumaje, permitir el camuflaje, ayudar a la termorregulación (según los tonos más claros u oscuros en base al entorno), evitar la penetración de rayos UV, y la selección sexual. Además, son aliviaderos de sustancias nocivas gracias a que “capturan” los metales pesados acumulándolos en zonas inertes como son las plumas y retirándolos del sistema circulatorio. Este tipo de plumajes son menos digestibles por bacterias.
Pigmentos minoritarios: Confieren tonos intensos y vibrantes. Estos son las porfirinas, las psitacofulvinas (en el orden psitaciformes, el de los loros, cacatúas, guacamayos) y la turacina, presente en la familia Musophagidae, aves conocidas vulgarmente como turacos. Son exclusivos de estos grupos de aves y se sintetizan tras haber desarrollado procesos específicos, modificando la estructura de los carotenoides a partir de rutas metabólicas. Sus funciones son menos conocidas.
COLORES ESTRUCTURALES
Se generan como consecuencia de la presencia de unas nanoestructuras específicas en las plumas que modifican las propiedades de la luz incidente al refractarla o dispersarla. Por ejemplo el plumaje iridiscente del ánade azulón (Anas platyrhynchos) o del morito común (Plegadis falcinellus). Pero también hay nanoestructuras a modo de diminutos sacos o bolsillos llenos de aire, que dispersan parte de la radicación que incide sobre el ave, causando tonalidades azules no consideradas iridiscentes como en el caso del arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius).
En definitiva, el plumaje de las aves puede ser muy diverso debido a distintos mecanismos, pero en todos los casos expresa belleza y adaptación al medio. Os invitamos a deleitaros con esta maravilla de la naturaleza en las actividades de ornitología que tienen lugar a lo largo y ancho de nuestro increíblemente diverso territorio valenciano. ¡Cuidado que enganchan!