La Amanita caesarea recibe este nombre por ser la favorita de los emperadores o césares romanos debido a su exquisito, pero suave, sabor. De hecho, se dice que el emperador César Augusto era un aficionado al mundo de las setas y las consideraba grandes manjares. Su favorita era esta amanita, hasta tal punto que 2000 años después se la conoce por su nombre todavía. Se trata de una seta que no es rara pero es difícil de encontrar. Este hecho todavía la hace más admirada por aquellos que la conocen. La amanita de los césares es una gran desconocida para el público general a pesar de su excelentísimo sabor y su buena reputación en la gastronomía.
Se trata de una seta termófila, es decir adora el calor, por lo que su cosecha se adelanta un poco en comparación a otras especies. Esta especie aparece en alcornocales mediterráneos durante el mes de septiembre, un poco antes de la llegada del otoño o, coincidiendo con el cambio de estación y sus primeras semanas, antes de la llegada del frío. De hecho, crecen en zonas del suelo donde los rayos del sol le dan de forma directa, calentando el micelio y favoreciendo su aparición. Un dato que hace que esta seta sea todavía más exclusiva es que únicamente se recolecta en el sur de Europa y en el norte de África.
Para ir finalizando, otra característica que la hace tan especial es su curioso ciclo de crecimiento. Comienza a brotar como un pequeño huevo blanco camuflado bajo la tierra y materia orgánica del suelo, que, poco a poco, se va abriendo, dejando al descubierto la “yema”: una bola naranja que aparece de ese interior blanco y que crece hasta convertirse en la seta que conocemos. Es por eso que recibe también el nombre castellano de huevo de rey.
¿Os animáis a ir en su búsqueda?*
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*Atención: la micología es una disciplina que requiere años de estudio y práctica para evitar situaciones que puedan tener consecuencias funestas. No recolectes hongos para su consumo sin estar realmente seguro de la especie de la que se trata: ¡Te puedes intoxicar!