El 11 de diciembre celebramos el Día Internacional de las Montañas, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las montañas en nuestra vida y en el entorno natural. En la provincia de Castellón, las montañas no solo modelan el paisaje, sino que son guardianas de la historia, la cultura y las tradiciones de sus habitantes.
Uno de los picos más emblemáticos de Castellón es el Peñagolosa, con 1.814 metros, el techo de la provincia. Más allá de su imponente presencia es un centro de devoción. Cada año, el último viernes de abril desde Les Useres, se rememora una antigua tradición que nos sumerge de lleno en la Edad Media. Los peregrinos siguen la senda hacia San Juan de Peñagolosa, una peregrinación que remonta siglos de historia y espiritualidad. Esta tradicional romería, es una manifestación de la profunda relación entre el ser humano y el paisaje montañoso. Tanto es así que fue declarada en 2016, como Bien de Interés Cultural Inmaterial.
Siguiendo con el patrimonio, todos los muros de piedra en seco en nuestra provincia adornan las laderas de nuestras montañas. El arte de construirlos está declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Son testigos de la tradición agrícola y ganadera de la región y reflejan una simbiosis entre la mano humana y el paisaje montañoso.
Otras montañas como el Pico Pina y la Peña Saganta también son puntos de referencia. El Pico Pina destaca por su impresionante vista sobre el Alto Palancia, y la Peña Saganta, aunque menos conocida, guarda historias de la vida rural de la comarca. La Sierra de Espadán, por su parte, es un verdadero tesoro natural y cultural. Su pico más alto, el Pico Espadán, forma parte de un entorno donde la historia se mezcla con la naturaleza.
Otro elemento clave de la Sierra de Espadán son sus neveras, construcciones tradicionales que se utilizaban para almacenar nieve y hielo, fundamentales antes de la llegada de la refrigeración moderna. Estos vestigios de la vida cotidiana en las montañas muestran cómo las personas se adaptaron al entorno para sobrevivir y aprovechar sus recursos naturales.
Las Moles de Xert, el Bartolo y el Tossal del Rei también forman parte de esta rica red montañosa, siendo escenarios de historias, leyendas y tradiciones populares que se transmiten generación tras generación.
Este diciembre, queremos prestar atención y recordar que nuestras montañas son mucho más que formaciones geográficas. Son lugares sagrados, fuentes de recursos, pero también puntos de encuentro, donde la naturaleza y las tradiciones se entrelazan para formar la identidad de Castellón. Las montañas de esta provincia, con su patrimonio natural y cultural, siguen siendo las verdaderas guardianas del paisaje mediterráneo, invitándonos a preservar su legado para las futuras generaciones.