El Ilex aquifolium (acebo en castellano, grèvol en valencià) es conocido sobre todo por formar parte de la decoración navideña. Pero, como todas nuestras plantas, posee muchas otras particularidades.
Aunque veamos estas dos hojas diferentes, una con dientes y la otra más redondeada, ambas son del mismo acebo. ¿Por qué? Para protegerse de animales herbívoros, al igual que otras especies, las hojas que están más cerca del suelo tienen “pinchos” para que no se las coman. Además, como protección extra, sus característicos frutos rojos son tóxicos, aunque no para todos los animales. Muchos se alimentan de ellos durante el invierno. Esto permite la dispersión de las semillas por el bosque transportadas por las aves, por ejemplo.
Como decíamos, es tan codiciado como decoración invernal que incluso llega en algunas zonas a encontrarse en peligro de extinción. ¡No lo arranquéis del monte! ¡Compradlo en un vivero! Sin embargo, en Castellón sigue siendo relativamente frecuente. Si no se ve con mayor facilidad es porque suele vivir en zonas más frías, pero si vamos a la Tinença de Benifassà o al Peñagolosa lo encontraremos sin lugar a dudas.