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ESPECIE INVITADA: El arce («Acer opalus»)

30 de septiembre de 2021

En nuestras comarcas encontramos un amplio abanico de biodiversidad animal y vegetal, además de paisajes mágicos y salvajes. Con la llegada del otoño llega una de las estampas favoritas: nuestros bosques siempreverdes salpicados por tonalidades rojizas, naranjas y amarillas que parecen sacadas de otro mundo.

Uno de los árboles que colaboran en crear estos paisajes multicolores es Acer opalus, comúnmente conocido como acirón (en castellano), auró y oró (en valencià). Este árbol lo encontramos en la mitad oriental peninsular, siendo uno de los pocos arces que podemos encontrar en el sur de Europa. El Acer opalus tiene un crecimiento muy lento y su tronco es delgado. Además, tiene una apariencia ligeramente arbustiva debido a que suele alcanzar apenas unos 8 metros de altura. Sin embargo, ¡se han llegado a ver ejemplares de hasta 20 metros!

Es típico de zonas montañosas y, a diferencia de otras especies de su género, es capaz de crecer bien en suelos calizos. Prefiere suelos frescos que se mantengan húmedos durante todo el periodo estival, ya que no resiste bien la sequía, aunque tampoco el encharcamiento. Pero sí que tiene gran resistencia a las heladas, pudiendo llegar a soportar temperaturas de hasta -18 ºC. Lo que no tolera nada bien es la contaminación humana. Puede alcanzar los 100 años en condiciones óptimas.

Florece en primavera, durante los meses de marzo y abril, y sus flores no son demasiado llamativas a pesar de su color amarillo, debido a su pequeño tamaño. También produce frutos que se llaman sámaras: están alados para dispersarse con la ayuda del viento.

Sus hojas caducas, que durante la temporada otoñal se mantienen durante un largo periodo de tiempo en tonalidades amarillas, naranjas y rojizas antes de caer del árbol, crean esos paisajes bañados en tonos cálidos que preceden al invierno.

Otra de las particularidades de este bonito árbol es su madera. Además de ser muy dura y resistente, presenta unas tonalidades rosadas que son el motivo por el que se utiliza mucho para trabajos de ebanistería, artesanía y marquetería. Sin embargo, existe gran escasez de ejemplares de buenas dimensiones. lo que limita mucho su uso.

Por último, y como no podía ser de otra manera, en nuestro territorio del sureste peninsular tenemos una subespecie endémica, Acer opalus ssp. granatense, que crece a partir de los 1200 metros de altitud. Lo podréis encontrar, por ejemplo, en el macizo de Penyagolosa o en la Tinença de Benifassà. Es escasa y está catalogada como amenazada y vulnerable. Os mostramos su hoja para que, si hay suerte, ¡lo observéis en vuestras rutas!

 

 

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