La inmensa diversidad biológica propia de países mediterráneos como el nuestro se traduce, entre otras riquezas, en una gran variedad de cultivos de huerta y de secano, de frutales, de legumbres y de tubérculos, de verduras y sus derivados de todo tipo. Todos ellos alimentos que constituyen, al fin y al cabo, la famosa Dieta Mediterránea, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La Comunidad Valenciana rebosa de productos gastronómicos únicos que son el reflejo tanto de la fertilidad de esta estrecha franja de tierra como de la imaginación y el trabajo ancestral de sus gentes.
Una pequeña muestra de ello, bien conocida popularmente, es la gran cantidad de variedades de oliva existente. Se cuentan por decenas, y prácticamente en cada pequeño valle o estribación montañosa de cada comarca productora encontramos una de estas variedades perfectamente adaptada, después de siglos, a las particularidades climáticas, químicas y físicas del terreno en el que se plantó por primera vez.
Pues bien, ahora tenemos, gracias a una investigación científica nativa publicada en la revista internacional Food Research International, la prueba irrefutable de que nuestras variedades autóctonas lo son realmente y por derecho propio: investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), capitaneados por Mª Luisa Ruiz-Domínguez, investigadora de la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Alimentació, han elaborado el mapa olivero valenciano más completo hasta el momento, identificando un total de nada menos que ¡45 variedades diferentes!
El nivel de análisis ha sido tal que han identificado hasta la particular “huella digital” de cada variedad: su composición de ácidos grasos, “su DNI” en palabras de Mª Dolores Raigón, investigadora de la UPV y coautora de la publicación. Las conclusiones principales después del estudio, que duró 4 temporadas y analizó 25 parámetros diferentes de cada una de las 45 variedades, no dejan lugar a dudas:
- La Comunitat Valenciana presenta una gran diversidad de variedades de aceite de oliva, mucho mayor que zonas líderes en producción como Andalucía.
- Se ha encontrado también una gran diversidad de rasgos de composición entre las variedades.
- Los datos muestran que existen buenas perspectivas para la selección y mejora genética de esta colección.
La Borriolenca y la Canetera, ambas del centro y norte Castellón; la Serrana de Espadán, propia del sur de Castellón; la Alfafara, originaria del Comtat; la Blanqueta, de Muro de Alcoy; la Villalonga, del sur de Valencia; la Callosina, del sur de Alicante; la Rojal de Valencia, de la Vall d’Albaida y La Costera; la Changlot Real, propia de la sierra de Enguera… Son solo algunas de las excusas que tenemos para recorrer nuestras comarcas y saborear sus caldos dorados que, en muchos casos, llevan con nosotros más de 2000 años.
Más información:
– La noticia en la web de la UPV: https://www.upv.es/noticias-upv/noticia-6394-mapa-del-aceite-es.html
– El resumen (en inglés) de la publicación científica: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0963996913003505