Cada año el turismo micológico mueve miles de personas en nuestro territorio, y los años como éste, en el que a principios de otoño las lluvias fueron escasas, la búsqueda de hongos se convierte en una competición. Tanto que llega a hablarse de esta época como la del expolio de los montes.
Muchos municipios españoles han optado por cobrar una tasa a los recolectores de setas en el monte, ya que el valor económico que han alcanzado en el mercado es elevado y porque la avaricia de unos pocos provoca recolectas a modo de batidas si dejar nada a su paso.
Como ya os comentábamos, debemos concienciarnos de hacer un buen uso de los aprovechamientos que nos proporciona el bosque, no sobrepasar las cantidades máximas de recolecta, colaborar con los municipios en sus planes de gestión micológica y, sobre todo, acudir al monte con ciertos conocimientos de estos apreciados productos, para así recolectarlos de manera adecuada y preservar sus micorrizas para nuevos brotes.

Boletus edulis. Foto: Alejandra Algueró para Itinerantur.
Aquí os dejamos el enlace al Coto Micológico de la Sierra de Albarracín, uno de los cotos seteros mejor gestionados cerca de la provincia de Castellón, en el cual a través del proyecto AMICO entidades y asociaciones se unen a favor del turismo fúngico. Y si queréis ampliar vuestro conocimiento boletaire siempre podéis preguntar y/o uniros a ASMICAS.